Fueron pasando los días y no aparecía. Mi esperanza de entrar en clase y encontrarlo sentado era mínima. Era viernes, entre en clase convencida de que no estaba, justo en ese momento lo vi, estaba sentado perfectamente mirando hacia delante, cuando en ese instante nuestras miradas se cruzaron, y por un momento parecía que el tiempo se detuviese. Lo quiero, lo se y seguiré luchando por él.
Samira
23/3/12
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Como podéis ver, este texto no es mio. Mi amiga me dijo que le gustaría que pusiera algún texto suyo y aquí está. Espero que os haya gustado mucho.
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